En una etapa marcada por transformaciones a nivel local y global, el sector empresario argentino enfrenta el desafío de mejorar la competitividad y contribuir al debate público con una mirada de largo plazo. En esta entrevista, Anna Cohen, miembro del Comité Organizador del 61° Coloquio y presidente del Grupo Cohen, comparte su visión sobre las prioridades en la agenda, la necesidad de una reforma impositiva integral y el rol de IDEA como espacio de articulación y propuestas para el desarrollo.
¿Cuáles son los temas prioritarios hoy en la agenda del sector empresario?
La continuidad de la previsibilidad de la macro. Me parece importantísimo poder darle una mirada de largo plazo a la mirada macro. Y la estabilidad regulatoria y política que el empresario necesita para tomar decisiones.
¿Cómo afecta el actual sistema tributario al desarrollo y la productividad de las empresas argentinas?
A esta altura es una obviedad para el sector empresario, y para todo ciudadano de la Argentina, la complejidad del sistema. Esa complejidad afecta a la normal actividad general de los negocios y del consumo.
Es prioritario en la agenda, no solo del Coloquio, sino de cualquier empresario y del empresariado a nivel multisectorial, las definiciones que se tienen que tomar para una reforma fiscal que simplifique el sistema, porque es altamente distorsivo tal como está, además de ser uno de los más altos del mundo.
¿Y dentro de esa reforma, cuáles deberían ser los ejes principales?
Tiene que haber una conversación más fluida entre las distintas jurisdicciones que afectan la carga impositiva. Nación, provincias y municipios deberían ordenarse y coordinarse para que el impacto sea más más simple sobre las empresas.
Y debería haber más transparencia respecto de eso. Porque para el empresariado es extremadamente difícil de entender. Eso podría beneficiar la reducción de la evasión. Hoy si todos pagáramos lo que debemos de impuestos y no hubiera evasión, el impacto sobre el PBI en la Argentina sería algo así como el 44% o 45%. Básicamente deberías tener un sistema simplificado con un consenso multi-jurisdiccional y una pelea contra la evasión.

¿Simplificación y la pelea contra la evasión son variables clave para aumentar competitividad?
Definitivamente. Es una de las grandes variables para hablar de competitividad, que además es el eje de la agenda del Coloquio. A competir, a innovar y a producir. Creo que los empresarios en Argentina estamos intentando modificar nuestros modelos de negocios al nuevo contexto y esperamos también poder colaborar con una modificación impositiva para que eso acompañe a la competitividad que necesitamos como país.
¿Cómo impacta el contexto global y local a las inversiones en la Argentina?
Cuando tenés un mercado de capitales tan pequeño, en relación con lo que pueden ser países similares a nosotros, la volatilidad exterior te afecta muchísimo más. Eso se soluciona con previsibilidad política y con transparencia.
Y también con la creación de inversores de largo plazo que, más allá de los empresarios, den previsibilidad y profundidad a un mercado de capitales, que tiene que ser lo suficientemente solvente para afrontar las volatilidades del exterior. Con lo cual ahí hay una debilidad relativa de la Argentina.
¿Qué factores externos son los más relevantes?
Un incremento de la belicosidad de ciertos conflictos geopolíticos y una inestabilidad en un mundo que ya no es unipolar el eje de influencia, sino que tenés una multipolaridad de jugadores en el mundo que cambian los esquemas de inversión y los esquemas de poder.
Si a eso le agregas un contexto de suba de aranceles y una guerra comercial totalmente declarada, la inestabilidad va a ser el nombre del juego en los próximos cinco años. Y tenés conflictos incluso internos en países como Estados Unidos, en los que hay indefiniciones macroeconómicas severas.

En este contexto, ¿qué oportunidades de inversión observás en el país?
Para la Argentina, tenemos los recursos naturales de siempre, que se agregan al talento natural del argentino, en un contexto en el que el mundo va a necesitar esos recursos naturales con valor agregado. Hay minería, energía en todas sus versiones, economía del conocimiento, un sistema financiero que si bien es magro en relación al PBI, tiene muchísimo talento que ha sabido transcurrir muchísimas turbulencias y eso nos posiciona muy bien. Esas son las grandes fuentes junto al agro también.
¿Qué sectores ves más dinámicos?
Minería y energía en todas sus versiones, probablemente algo de energía nuclear, también creciendo en el largo plazo si todo se mantiene. El agro está pujante y tiene muchísima tecnología asociada.
Y economía del conocimiento que -más allá de que hoy los términos de intercambio, el dólar no beneficia a esa creación de talento-, estamos posicionados de manera privilegiada respecto al mundo para el conocimiento que tenemos, para la aplicación de este talento a los negocios.
En esta etapa de cambios, ¿qué aporte puede hacer el sector empresario?
Imagino a IDEA como un como un ente articulador de las múltiples voces que el empresariado tiene, porque cada sector tiene su idiosincrasia. El empresariado puede aportar datos en lo concreto, consensos entre nosotros, y por eso me parece que el Coloquio es un disparador natural.

Este año el Coloquio, además de hacer diagnósticos generales, va a aportar muchísimos datos y va a generar una agenda de propuestas puntuales. Me parece que este es el momento de ponerse competitivos a nivel particular, empresa por empresa, pero sentarse a charlar y ser un participante en el diálogo nacional para generar la competitividad que Argentina necesita.
¿Qué podés adelantar sobre el espíritu del próximo Coloquio de IDEA?
Datos metidos en la agenda, un aporte de propuestas y que, como el año pasado, también este Coloquio siga trabajando después del encuentro puntual en Mar del Plata, en propuestas que acerque al diálogo nacional y que sea la voz del del empresariado.
¿Qué te impulsó a involucrarte en la organización del 61° Coloquio?
Me parece que no podés aislar la vida del empresario de una vida nacional. Tenemos muchísimo para aportar. Es muy fácil la convivencia entre los empresarios trabajando juntos. Todos tenemos problemáticas parecidas y es un ámbito de muchísima esperanza.
Cuando te sentás y encontrás en la compañía de los otros líderes de las empresas problemas similares, te das cuenta que hay terreno para ganar de manera mancomunada, mucho más que saliendo a competir. Eso es lo que me impulsa.
Es el segundo año en el que participo del Coloquio y lo hago con muchísima alegría y con ganas de que siga creciendo el empresariado en la Argentina.