
Mujer, decime qué se siente
El área de Relevamientos de IDEA realizó un estudio sobre las percepciones de los y las integrantes de las empresas en torno a las políticas de género. La maternidad y la tecnología, dos puntos clave para reflexionar.

Mabel Rius, Coodinadora de la Red y Directora de RRHH en HSBC; junto a la economista Marcela Cristini y al Gerente de Intercambio Empresarial de IDEA, Matías Alvarez.
El rol de la mujer en la sociedad se debate a nivel mundial, y su correlato a título nacional marca la agenda de las instituciones y divide a la opinión pública. La maratónica sesión de la Cámara Baja nacional del pasado 13 de junio sobre la legalización del aborto duró más de 20 horas, y estuvo acompañada por una masiva movilización sin precedentes que se instaló en las inmediaciones del Congreso a la espera del resultado.
El proyecto giró al Senado y la expectativa creció exponencialmente. El trasfondo de la igualdad de género actualmente acapara los medios de comunicación e impacta inevitablemente en las organizaciones, que no se mantienen exentas del humor social.
Algunos días antes, la Red de Diversidad e Integración de IDEA llevó a cabo la presentación de los resultados del estudio social ¿Qué significa ser iguales?, realizado por el equipo de Relevamientos del área Intercambio Empresarial. El evento se llevó a cabo el 7 de junio y contó con la presencia de Mabel Rius, Coodinadora de la Red y Directora de RRHH de LATAM y Argentina en HSBC; Marcela Cristini, asesora temática y Economista Senior de FIEL; y Matías Alvarez, Gerente de Intercambio Empresarial, Joven, Pyme y Relevamientos de IDEA, entre otros.

La jornada contó con una serie de referentes en la temática, que abordaron la igualdad de género desde distintas aristas.
Historia y coyuntura
Argentina es un país con una larga tradición en materia de género que lo posicionó hasta mediados del siglo pasado como uno de los más avanzados en la región. Si bien todavía conserva un lugar privilegiado para el Foro Económico Mundial, con el paso del tiempo fue perdiendo posiciones, y quedó con marcadas diferencias con el resto de los países de América Latina.
Actualmente, los números de la desigualdad se apilan: el 10% de la población más pobre está integrada en un 70% por mujeres, mientras que menos del 30% representa al 10% más rico; los cargos directivos se reparten en un porcentaje de 64% y 36%; las tareas cotidianas se duplican en horas; y la brecha salarial según el Ministerio de Trabajo de la Nación es del 23,5% en el empleo registrado privado. A pesar de que las mujeres cuentan con un año más promedio en educación, su participación en el mundo del trabajo no refleja todo su potencial.
Para ayudar a revertir estas tendencias, IDEA se propuso abordar la temática desde un punto de vista distinto. El estudio, récord con más de 2700 respuestas de 430 empresas, no se enfocó en el avance y la amplitud de las políticas implementadas en las organizaciones para combatir la desigualdad, sino que le puso el micrófono a los empleados, hombres y mujeres de los distintos niveles jerárquicos, para que expresen su punto de vista ante la situación.
Techo de cristal
Los resultados, en promedio, nos dicen en términos de liderazgo de las empresas lo mismo que la coyuntura. Las opiniones de los colaboradores sobre su lugar de trabajo plantean el panorama: 8 de cada 10 mujeres piensa que tienen menos oportunidades que los hombres; el 45% vio condicionada su carrera por el nacimiento de sus hijos, frente al 13% de los hombres; y el 57% no considera que su empresa posea prácticas adecuadas en la materia. Asimismo, los datos duros acompañan: si bien al inicio de la carrera profesional la participación de las mujeres es más alta, los roles en directorio y presidencia mantienen una diferencia porcentual de un 70-30.
En este aspecto, la encuesta echa por tierra las versiones de que la desigualdad se explica a partir de las diferentes aspiraciones de ambos sexos. Al ser consultados por sus expectativas en la organización, ambos manifestaron una idéntica voluntad de crecer que derriba el mito de que la falta de vocación de las mujeres podría ser la justificación de la diferencia en cuanto a los logros. La tensión entre la vida laboral y familiar aparece como una de las principales dificultades a sortear, y la maternidad, el momento clave en el que las organizaciones deben acompañar para que no signifique un detractor en la carrera profesional.
Prácticas como la flexibilidad horaria, las licencias extendidas por maternidad y paternidad, el home office y la reincorporación gradual son algunas de las más solicitadas, y aunque muchas de las compañías con vinculaciones internacionales ya las implementaron en sus organizaciones, generalizarlas es el desafío de cara al futuro. Ofrecerle a las familias alternativas para reorganizar su vida a partir de la llegada de los hijos es lo que les va a permitir a ellas diseñar un futuro donde ocupen los lugares de liderazgo que están buscando, para que todos podamos acceder a aquello que queremos ser.
Los motivos para repensar la igualdad
Estamos transitando un camino al que todavía le queda un largo trecho por delante. Los avances han sido importantes, pero los esfuerzos no resultaron suficientes para modificar sustancialmente el esquema y el tablero aún no está equilibrado. Las mujeres no son aprovechadas en todo su potencial, a pesar de que podrían representar un crecimiento tanto para las organizaciones como para el país.
La relación entre diversidad y éxito no es una novedad: los estudios que analizaron en profundidad los factores de empuje de las ganancias establecieron que los equipos mixtos con al menos un 40% de participación femenina son más efectivos en la toma de decisiones, especialmente en momentos de crisis, donde evitar el pensamiento único es clave.
En realidad, no somos iguales, y lo justo es alcanzar un escenario de igualdad de oportunidades. Ser conscientes de que todos tenemos un rol activo es fundamental, y no hacer nada es ayudar a que nada mejore. Desde implementar políticas a través de un puesto de directorio, hasta poner una voz donde hay silencio; todos los pasos construyen un recorrido certero.

Tamara Vinitzky, Socia Auditoría KPMG Argentina, habló del recorrido de su organización, reconocida a nivel mundial por su política de género.
Los desafíos en Argentina
Durante el encuentro, las integrantes de la Red de Diversidad e Integración de IDEA Myriam Álvarez Iturre, Directora de Talento y Desarrollo de Hispanoamérica y Brasil del Grupo Telefónica; y Tamara Vinitzky, Socia Auditoría KPMG Argentina y Co-chair de Women Corporate Directors Argentina; se refirieron a la experiencia en sus organizaciones y remarcaron la importancia de contar con liderazgos inclusivos, capaces de conducir equipos diversos.
Por otro lado, Edith Pecci, Directora General en HR Strategy; y Gabriel López, Strategic Account, Alliances & Marketing Director de Argentina y Chile en Service IT; abordaron el panorama desde el punto de vista del sector Pyme, y realizaron una autocrítica al considerar que las condiciones laborales para las mujeres son más precarias que en las grandes compañías. También participó Johanna Moreno Andrade, Sales Director en Dow Chemical Company, que habló de la agenda de IDEA Joven.

La Diputada nacional Carla Carrizo, días antes de la histórica votación en la Cámara Baja sobre la legalización del aborto.
El marco legal vigente; la Ley 23.592 de Penalización de Actos Discriminatorios; la 23.179, que le dio jerarquía constitucional a los tratados internacionales de Derechos Humanos, entre los cuales se incorporó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer; y la 26.485, de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres; fue desarrollado por Tomás Lutereau, abogado de HSBC, quien además hizo hincapié en la jurisprudencia en la materia.
En tanto, la Diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, Carla Carrizo, expuso cómo es ser mujer en la política argentina, opinó sobre la Ley de cupo femenino y sobre cómo combatir las desigualdades estructurales. “Argentina está atrasada: no hay un cambio cultural, hay incentivos y resultados. Nos faltan miradas judiciales distintas, y una estructura eficiente de políticas públicas respecto al cuidado de familiares, porque sino es la mujer la que paga los costos”, dijo.
Por último, Ricardo De Lellis, director ejecutivo de KPMG, manifestó su punto de vista como referente de una de las compañías más reconocidas a nivel mundial por sus políticas implementadas, y relacionó el cambio del rol de la mujer con la revolución tecnológica. En esta línea, el nuevo mundo nos abre una ventana en el horizonte próximo.
Los cambios que se están dando en el mercado de trabajo se vislumbran irreversibles, y nosotras estamos en un lugar clave. Los empleos que se van a transformar con el desarrollo tecnológico en las próximas décadas van a ser miles de millones y, por las características de las tareas que desempeñamos, las mujeres vamos a tener que adaptarnos más rápido que los hombres. Con las nuevas formas de producir tenemos la oportunidad de lograr lo que queremos, dar un golpe de timón y liderar los cambios que vienen relegados.

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