Ricardo Hausmann dijo que la clave para la riqueza de los países es “diversificar” los conocimientos

El economista venezolano Ricardo Hausmann, ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo y del Fondo Monetario Internacional, sostuvo que la riqueza de las naciones proviene de la “diversificación” de los conocimientos aplicables a la producción, e instó a los gobernantes a crear países en los que la gente sepa “hacer muchas cosas distintas”.
Hausmann, quien también es director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, ubicó a la Argentina en “el promedio” de los países clasificados de acuerdo a su cantidad y calidad de conocimientos y a su proyección para la próxima década, pero se preguntó por qué está debajo de Canadá, cuando tiene más población que país norteamericano y un nivel similar de recursos naturales.
“Yo podría decir que el éxito de las naciones se basa en la especialización, el alto nivel de escolaridad, la innovación y el agregado en la cadena de valor. Y todos estarían de acuerdo. Sin embargo, no creo en nada de eso”, explicó Hausmann, quien, en cambio, defendió los valores de la “diversificación”, los “distintos conocimientos” y “la imitación”.
En la disertación realizada en el marco de la tercera jornada del 47 Coloquio Anual de IDEA, Hausmann, quien también fue ministro de Planificación de Venezuela en la década del 90, sostuvo que la riqueza de un país “no depende sólo de cuantos productos hace, sino también de quién más hace o no esos productos”.
“Estados Unidos fue durante el último siglo y medio el país más rico del mundo porque aprendió a hacer cosas que no existían en 1820 y las hicieron mejor que en otros lugares. La sociedad americana aprendió a hacer esas cosas”, comenzó a explicar Hausmann.
En este sentido, mencionó a los inuit (también llamados esquimales), quienes saben hacer sus ropas, sus viviendas y obtener su comida, y los comparó con “el hombre moderno, que no sabe cómo hacer un suéter, ni los lentes que usa, ni sus lapiceras, ni sus papeles, ni mucho menos sus computadoras y es prácticamente un inútil”.
“Si llevamos al hombre moderno al Ártico, se muere en una sola noche. Y, sin embargo, las sociedades modernas son más ricas que las de los inuit. Porque no se trata de lo que sepamos a nivel individual, sino a nivel social. Y no es que los inuits tengan pocos conocimientos, sino que todos tienen el mismo conocimiento. Todos saben pescar, todos saben cocinar, todos saben abrigarse. En cambio, en una situación moderna todos tenemos conocimientos distintos. Y eso nos enriquece”, expresó.
Al respecto, indicó que las riquezas de los países dependen de “cuánto conocimiento tienen”, pero no cualquier conocimiento, sino aquel que les permite “hacer muchas cosas distintas”.
“Los países que hacen pocas cosas, para colmo, hacen las misma cosas que todos los demás países. Como sembrar y cosechar. En cambio, los que hacen muchas cosas, entre esas tantas cosas, hacen cosas que solo hacen ellos. Como fabricar teléfonos celulares”, refirió Hausmann.
En esa línea, concluyó que “cada producto se diferencia de los demás por la cantidad de conocimiento necesario para producirlo. Y cada país se distingue del resto por la cantidad de conocimientos que tengan. De acuerdo al conocimiento que tenga cada país, será la cantidad de productos que pueda hacer, y por lo tanto será más o menos rico”.

Hausmann fue luego refutando las ideas que señalan que la especialización, la innovación, la escolaridad y el agregado de valor en la cadena productiva son la clave de la riqueza de los países.
“Los países cuando crecen no se especializan, sino que se diversifican. Las personas y las empresas se deben especializar, pero los países deben diversificarse. Los países deben hacer muchas cosas distintas”, explicó.
En cuanto al nivel de escolaridad, señaló que sólo indica “cuánto del mismo curriculum saben todas las personas de ese país”, mientras que lo importante para “el crecimiento está en la diversidad de los conocimientos”.
En cuanto a la innovación, Hausmann señaló que los países que más progresan “no son los que inventan cosas, sino los que saben hacer las miles de cosas que ya existen”, por lo que clave es más bien la “imitación”.
En cuanto a la idea de que “el secreto del crecimiento es agregarle valor a las materias primas”, señaló que es un concepto de “patas cortas” y puso el ejemplo de Finlandia y de cómo ese país evolucionó desde la producción de madera hasta la producción de teléfonos celulares por parte de la firma Nokia.
“Finlandia tiene enormes bosques, con lo cual la economía clásica diría: no vendas madera, sino muebles o papel. Sin embargo, la riqueza actual de Finlandia viene de que, al tener tanta madera, primero se hicieron muy buenos en máquinas de cortar madera. Pero como no todo es madera, se hicieron buenos en hacer máquinas de cortar en general. Pero como no se puede cortar siempre a mano, se hicieron buenos haciendo máquinas automatizadas de cortar. Y como no todo es cortar, se hicieron muy buenos haciendo máquinas automatizadas. Y es allí donde llegamos a Nokia. No fue agregando valor a la madera que nació Nokia, sino agregando conocimiento al proceso”, graficó.


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